Desde 1993, el Día Mundial de Agua se celebra cada año el 22 de marzo. El Día Mundial del Agua 2020 se centra en el agua y el cambio climático, y en la estrecha vinculación que existe entre ambas cuestiones. La campaña pone de manifiesto que, en función del uso que hagamos del agua, podemos reducir las crecidas y sequías, luchar contra la escasez de ese recurso y su contaminación, y ayudar al mismo tiempo a combatir el propio cambio climático.
En esta campaña se recogen tres mensajes clave:
- No podemos permitirnos esperar. El agua debe ser una prioridad en los planes de acción climática.
- El agua, recurso frente al cambio climático. Hay soluciones sostenibles, asequibles y adaptables en materia de agua y saneamiento.
- Todos podemos ser parte activa. En nuestra vida cotidiana, diversas acciones sorprendentemente sencillas nos permiten luchar contra el cambio climático.
Es increíble la cantidad de acciones relacionadas con el agua que cualquiera puede poner en práctica en cualquier lugar para luchar contra el cambio climático. Algunos cambios de hábitos que todos podemos poner en practica hoy mismo:
- Tomar duchas de cinco minutos
- Más comidas de origen vegetal
- No tirar la comida en buen estado
- Apagar los aparatos electrónicos
- Comprar de forma sostenible.
La aspiración de llegar incluso a los más vulnerables cobra cada vez más importancia, ya que la degradación ambiental, el cambio climático, el crecimiento demográfico y la rápida urbanización, entre otros factores, se intensifican y plantean desafíos considerables para la seguridad del agua.
No obstante, el agua y el saneamiento pueden contribuir considerablemente al logro del amplio conjunto de objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que van desde la seguridad alimentaria y energética hasta el desarrollo económico o la sostenibilidad ambiental.
El cambio climático sirve en gran medida para dar un impulso necesario a la implantación de unas reformas evidentes en el sector del agua.